La internacionalización de la empresa española es una realidad, pero de ahí a que nuestras empresas sean globales hay mucho que hacer todavía en lo que a gestión empresarial se refiere. Esta evidencia se extrae de los datos del informe anual del Centro Mundial de Competitividad de la escuela de negocios IMD.
España se sitúa en el 34º en el ránking de los 63 países más competitivos del mundo, por lo que mantiene cifras del año anterior. Dos de los lastres a los que se enfrenta nuestro país son la tasa de desempleo y un sector privado que debe esforzarse más por convertirse en global. Los líderes de la lista son Hong Kong, Suiza y Singapur y las últimas posiciones las ocupan Venezuela, Mongolia y Brasil.
Por otra parte, se comprueba también gracias a este estudio que desde 2013 España ha ascendido 11 posiciones, ya que se vio afectada por la falta de eficacia del sector público y la inestabilidad política. Por lo tanto, los datos actuales son positivos en referencia a la gestión empresarial en nuestro país.
Arturo Bris, director de la escuela de negocios responsable del estudio, asegura que “en el mundo empresarial hay principalmente dos problemas: el gobierno corporativo, es decir la calidad y la independencia de los consejos de administración -sobre todo en las empresas medianas- y el desarrollo de talento en las compañías”. Dice además que “la empresa española es todavía poco global. Tenemos empresas internacionales, pero no globales».
