El uso de datos en las empresas como base fundamental para tomar decisiones de negocio no es algo nuevo. De los buenos análisis derivan las estrategias del éxito: la actividad de una empresa genera diariamente un inmenso volumen de información que, para quien sabe manejarlo, supone un activo más al que sacar partido para obtener beneficios y ventajas sobre la competencia. Y en eso se basa el business intelligence: en saber utilizar los datos en nuestro favor.
El business intelligence es todo ese compendio de análisis, estrategias, estudio, recopilación de datos, toma de decisiones e ideas de una empresa en conjunción con las soluciones tecnológicas empleadas para ello. Una metodología de negocios utilizada para comprender todo lo ocurrido durante el pasado, lo que está sucediendo en el presente y cómo enfocar el futuro para ser más eficientes, productivos y prever posibles problemas.
Aunque hoy en día el concepto de business intelligence se vea como algo directamente relacionado con Big Data y protocolos de data science, lo cierto es que no es tan innovador. Es cierto que las técnicas de Big Data son ideales para gestionar los inmensos volúmenes de información que se generan hoy en día, pero el término BI se remonta a finales de los años 50, cuando un ingeniero de IBM comenzó a hablar abiertamente de inteligencia de negocios como una vía para orientar las acciones de la empresa hacia un objetivo concreto.
Para ello, es necesario contar con ayuda de la tecnología. Y un sistema como un ERP puede ser una buena forma para conseguirlo.
- Permite acceder a toda la información de manera ágil y directa, tanto a nivel de contabilidad y facturación como a nivel comercial. Con esa información se llevarán a cabo los análisis.
- En el ecosistema del ERP tenemos información detallada de toda nuestra base de datos de clientes, lo que nos permite agrupar y categorizar cada relación.
- Documentación presente y pasada, necesaria para cualquier consulta.
- Avance de proyectos. Sabemos qué trabajos están en proceso, cuáles cerrados, el estado de las labores y todo aquello pendiente, con fechas, documentos y hasta comentarios al respecto de los que extraer conclusiones.
El business intelligence, pese a ser una idea con décadas de recorrido, está en plena ebullición. Las nuevas tecnologías han puesto al servicio de las empresas métodos todavía más efectivos y potentes para extraer información valiosa de donde aparentemente no hay más que datos crudos e información. Una nueva era para los negocios.