Formación interna: instruye a tu equipo para gestionar las nuevas tecnologías

Contar con las últimas novedades tecnológicas es prácticamente una obligación en el año 2019. La tecnología nos ayuda a funcionar de forma más eficiente y productiva, a ganar tiempo en tareas intrascendentes y a minimizar el margen de error humano que los ordenadores no presentan. Pero, más allá de rellenar hojas de Excel o redactar documentos en un Word, para poder ir un paso más lejos es necesario apostar por la formación interna.

Si queremos un equipo que, además de sus labores y campos de especialización, domine sistemas que nos permitan dar un paso adelante, es necesario apostar por ello. Invertir esfuerzos, tiempo y dinero.

Porque la formación interna es extremadamente necesaria: cambiar a todo un equipo por otro con mayores competencias tecnológicas es una locura, tanto a nivel económico como laboral, por lo que la mejor manera de seguir adelante es apostar por que quienes ya forman parte de la empresa adquieran dentro de ella el conocimiento necesario no solo para un mejor funcionamiento de la empresa, sino para la mejora de sus propios perfiles formativos y profesionales.

Para ello, hay distintas vías:

  • Formación interna a cargo de personas de la propia empresa. Que sea un miembro del equipo quien tome la avanzadilla para formarse fuera de la empresa, o con la empresa proveedora de los sistemas que van a integrarse, y posteriormente instruir al resto de la plantilla en todo lo que necesiten.
  • Formación híbrida. En ocasiones, las propias empresas que proveen los softwares de gestión empresarial ofrecen jornadas formativas y fases de integración progresivas, en las que dan todas las explicaciones necesarias al personal de la empresa para que controlen los sistemas por sí mismos.
  • Formación interna a cargo de personas ajenas a la empresa. En estos casos, o bien una persona de fuera de la empresa se desplaza hasta la sede para dar las explicaciones necesarias, o bien es el propio equipo el que acude a un centro formativo, donde una persona externa especialista en un sistema concreto muestra su uso y posibilidades a la plantilla de la compañía.
  • Formación remota. En pleno siglo XXI, no es necesario estar al lado de alguien para poder comunicarse y aprender. Si encontramos a alguien especialista en un sistema y que puede ayudarnos, aunque viva a miles de kilómetros, es muy fácil arreglarlo: Skype, FaceTime, Zoom y otros muchos programas de conferencias pueden bastar para organizarlo.

Sea cual sea el camino elegido, la formación interna es un activo fundamental para cualquier empresa. Contar con empleados más competentes y formados es la vía para crecer a nivel empresarial, contar con una plantilla que ve progresión en sus puestos de trabajo y contar con sistemas tecnológicos más avanzados que nos permitan llegar hasta donde antes no habíamos llegado. Tal y como decía el ilustre Henry Ford: “Solo hay algo peor que formar a los empleados y que se vayan: no formarlos y que se queden”.

Posts relacionados